La leche es un alimento con un alto contenido y valor nutricional ya que resulta ser la mayor fuente de proteínas, y junto con el huevo son alimentos capaces de suplir otros nutrientes para el organismo. Sin embargo, el cuerpo necesita una enzima llamada lactasa para poder digerir correctamente la lactosa. Existen personas que resultan ser intolerantes a la lactosa y no pueden digerir el azúcar (lactosa) que contiene la leche, lo que causa una inflamación en el intestino delgado provocando diarrea, gases y dolores intestinales.
Pese a esto, existe la posibilidad de que las personas intolerantes a la lactosa puedan seguir disfrutando de todos los beneficios de este delicioso alimento. Entre la amplia variedad de productos lácteos, están los productos sin lactosa los cuales están creados para personas que padecen de este problema. La leche libre de lactosa es una leche la cual se somete a un proceso en el que se le adiciona lactasa, la enzima que rompe la lactosa en sus dos azúcares simples que son la glucosa y la galactosa. Por esta razón el sabor es un poco más dulce a diferencia de la leche tradicional.
Hoy en día ser intolerante a la lactosa ya no es un problema puesto que la leche deslactosada es una excelente opción para conseguir el calcio diario que necesita el cuerpo. Existen muchos derivados de la leche como la crema de leche, el queso, el yogurt, entre otros. Que son sometidos a este proceso para que las personas puedan seguir consumiendo productos lácteos.