Debido a las inconformidades de varios sectores de transporte en el país, se empezaron a realizar bloqueos en las vías del territorio nacional en forma de protesta y haciendo un llamado al estado para mejorar sus condiciones. Esto afectó directamente a los campesinos y lecheros que comercializan sus productos a empresas lácteas y municipios cercanos. Miles de litros de leche se pierden a diario debido a que no llegan los camiones a las fincas para recoger la leche y llevarla a las planta.
Las consecuencias del paro nacional se han visto afectadas principalmente en el departamento de cundinamarca, en donde los productores hacen un llamado de emergencia ya que los manifestantes se han convertido en un obstáculo para comercializar sus productos, lo que se refleja en grandes pérdidas económicas para el país.
La situación ha llevado a que los productores obtén por producir cuajada o productos derivados de la leche con el fin de no seguir desperdiciando el producto.
En los costos de producción láctea se verá demostrado el valor del litro de leche, ya que, los ganaderos deberán resolverselas para enfrentar posibles enfermedades en los bovinos con la falta de agroinsumos y concentrados que alimentan a sus especies. Haciendo que inevitablemente el valor de la leche suba de precio.
Como consecuencia del paro, las ciudades son las que se verán más afectadas porque no hay forma de llevar los suministros de alimentos, creando un desequilibrio en la economía del país y en su balance alimentario. Los productores le hacen un llamado a los promotores y organizadores del paro a generar conciencia. Que si bien existen razones lógicas y de peso para llevar a cabo el paro, también empatizar con los campesinos y productores de alimentos. Si las vacas no se ordeñan, dejan de producir en las mismas cantidades, llevando a los ganaderos a tomar la decisión de venderlas para su sacrificio. Las máquinas se pueden apagar, pero los animales y la tierra no.