Para muchos, los granjeros lecheros y productores de lácteos son personas que pertenecen a un sistema de producción de alimentos inhumano que sobreexplota a estos animales rumiantes (vacas) y las somete a una vida miserable y de maltrato animal solo para saciar el apetito lácteo de un país.
Y es que esta imagen se creó hace algunos años atrás cuando existían costumbres en los campesinos para el trato de los animales. Utilizaban técnicas erróneas como golpes, gritos, perros para arrear y torcer sus colas.
Con el paso del tiempo estas malas costumbres y conductas sobre el manejo de los bovinos fue cambiando, los granjeros se dieron cuenta que generaban estrés en los animales y por ende esto se veía reflejado en la reducción de la producción láctea y también la calidad de sus productos. De allí la importancia de evitar estas prácticas, conocer y capacitarse sobre cómo el manejo y comportamiento adecuado de los animales puede generar mayores beneficios.
El 6 de enero de 2016, el Gobierno Nacional expidió la Ley 1774/16 por medio de la cual clasifica a los animales como seres sintientes no como objetos o cosas. Por ende, todos los animales deben recibir una vida digna, respeto y especial protección contra el sufrimiento y el dolor, en especial, el causado directa o indirectamente por los humanos.
En definitiva, para nosotros en Pomar el respeto por la vida de estos seres vivos que día a día nos proporcionan lo mejor de sí mismos para nutrirnos y alimentarnos debe ser muy alto. Por eso nos aseguramos de que en las fincas ganaderas vacunas donde nos proveen el producto lácteo, haya un adecuado manejo en los animales a la hora de la extracción de leche. Garantizando darle una vida digna y sin sufrir a los animales.