Antes de compartir un vaso de leche al desayuno con tu mejor amigo de cuatro patas primero lee este blog.
Existe una creencia popular de que los gatos y perros aman la leche. Lo podemos ver en los programas de televisión, películas y caricaturas en los que salen disfrutando de un buen trago de leche. Pero estos alimentos no podrían ser tan beneficiosos para su mascota. La nata de los productos lácteos es un alimento con un buen porcentaje de grasa. Por eso, les encanta pasar la lengua en ella ya que se sienten atraídos de forma natural por este alimento.
Cuando nuestras mascotas son cachorros toman leche materna o en su defecto una leche formulada por un médico especialista, pero a medida que van creciendo su cuerpo empieza a tener problemas para digerir estos alimentos.
Sus cuerpos no tienen las suficientes enzimas para poder descomponer en trozos más pequeños el azúcar natural de la leche (lactosa) en su organismo. Pero esto no quiere decir que la leche sea un alimento tóxico para ellos, pero sí que puede producir efectos secundarios como diarrea, náuseas, vómito y malestar general.
Aunque la leche en los humanos es una de las fuentes más importantes de calcio, proteínas y vitaminas. Nuestras mascotas pueden adquirir estos componentes en su alimentación cotidiana y con otros tipos de alimentos que aportan estos nutrientes en cantidades según su peso y raza.